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23º FANCINE - Festival de Cine Fantástico de Málaga

 





PALMARÉS

Mejor Película: THE BATTERY de Jeremy Gardner
Mejor Director: Esteban Larraín por LA PASIÓN DE MICHELANGELO
Mejor Actor: Sebastián Ayala por LA PASIÓN DE MICHELANGELO
Mejor Actriz: Charity Farrell por FOREVER'S END
Mejor Guión: David Chirchirillo y Trent Haaga por CHEAP THRILLS
Mejor Fotografía: Hans Bruch Jr. por THE FIFTH SEASON
Efectos Especiales: AFTER
Premio del Público: THE BATTERY de Jeremy Gardner

 

DÍA 6: LO NUEVO Y LO VIEJO

El Fancine llega oficialmente a su fin. Hoy, miércoles 27 de noviembre ha sido el último día que el festival ocupará las salas del Albéniz. Excluyendo algunas actividades o proyecciones secundarias, solo falta la gala de clausura para decir adiós a esta edición.

Después de cinco días de películas, quedaba poco donde elegir para este último día. La decisión, condicionada además por cuestiones de tiempo, dio como resultado dos películas: El hombre elefante (David Lynch, 1980) y Uwantme2killhim? (Andrew Douglas, 2013).



A la espera de que la crítica y los espectadores se posicionen respecto a la cinta de Douglas, todo parece indicar que ocupará el extremo opuesto al de El hombre elefante. Mientras que esta es una obra clásica del cine, aquella, que opta por una temática teen, apenas será recordada por nadie que no estuviese involucrado en el proyecto.

Por si alguien no lo sabe, El hombre elefante (The elephant man), cuenta la historia de John Merrick, un británico de 21 años con la cabeza deformada, lo que hace que sea exhibido en el circo como un monstruo. Sin embargo, Merrick es un ser humano normal y quiere ser tratado como tal, algo de que se encargará el doctor Frederick Treves. Se plantea aquí un debate entre la apariencia que damos al mundo (o cómo este nos ve) y lo que somos en realidad, en ocasiones coinciden, pero normalmente son cosas diferentes.

Lynch, junto a Christopher De Vore y Eric Bergren, adaptó el guión para esta película a partir de dos libros: El hombre elefante y otras reminiscencias (Frederick Treves, 1923) y El hombre elefante: un estudio de la dignidad humana (Ashley Montagu, 1971).



La existencia de dos libros sobre este tema no es casual, menos aún que uno sea escrito por el propio doctor Treves, y es que Merrick fue una persona real que vivió en Inglaterra entre 1862 y 1890. Al igual que en la película, “el hombre elefante” pasó la mayor parte de su vida dentro del circo y tan solo puedo ser libre y feliz en sus últimos años de vida. La causa de su deformidad parece estar en una severa variación del síndrome de Proteus, que provoca el crecimiento excesivo de la piel y un desarrollo anormal de los huesos.

También se basa en una historia real, pero con resultado diametralmente opuesto, Uwantme2killhim? En este caso, el protagonista es un adolescente que se ve envuelto en un asesinato después de que su “cybernovia” muera.



La película viene a denunciar, o así me la vendieron a mí, los problemas que conlleva la adicción a Internet en general, y las redes sociales en particular. Sin embargo, adolece de algún tipo de denuncia y, a pesar de tratarse de un drama, hay algo en ella que la acerca más a la comedia.

Y es que las situaciones son completamente inverosímiles, porque nadie en su sano juicio se puede creer que un adolescente llegue a hacer algo que le ha pedido una persona que conoció en un chat.  Aunque lo cierto es que el final promete bastante por inesperado y por tratar de explicar psicológicamente la decisión del protagonista, sin embargo no termina de resultar convincente, tal vez porque desde el principio no se han construido bien los pilares y ahora el puente se derrumba.

Entre las dos películas distan más de treinta años. Cada uno representa fielmente el tipo de cine que se hace en su época, uno preocupado por la estética, el mensaje y los detalles, mientras que otro trata de hacer un producto de consumo rápido y fácil que abra el apetito para futuras secuelas, precuelas, etc. Es el cine teen repleto de chicos/as cool, música dance y demás términos sin sentido. En España tenemos un claro exponente de esto, el año pasado se estrenaba en el Festival de cine de Málaga, Viral (Lucas Figueroa, 2013), que pese a ciertos detalles era exactamente igual.

 

DÍA 5: FANTASÍAS

Ya queda poco para que termine la 23º edición del Fancine, de hecho, hoy terminó la sección oficial con After (Ryan Smith, 2012), lo que provoca que sea necesario tirar de invitaciones y un poco de ingenio para ver el resto de películas que se proyectan en las otras salas.

El día de hoy comenzó con Chained (Jennifer Chambers Lynch, 2012), de la sección Informativa. Traduciendo el título nos encontraríamos con algo así como “encadenado”, lo que, a mi modo de ver se puede entender de dos formas opuestas, aunque relacionadas. La primera haría referencia al significado más puro y simple del término, el personaje protagonista, Tim (posteriormente llamado “Conejo”), se pasa más de una década atado a una cadena de hierro para servir a Bob, el hombre que lo secuestró y mató a su madre.



A medida que avanza la trama descubrimos otro significado del título, y es que Bob, un enfermo sexual con extrañas fantasías eróticas, termina por encariñarse con Conejo hasta el punto de enseñarle todo lo que él sabe, lo que hará que el joven pueda tomar el relevo de su maestro y a la vez enseñar a otro, formando una cadena.

Chained aporta algo que desde el primer día muchos hemos pedido y que rara vez se nos ha concedido: la sangre, pero con criterio. Exceptuando algunas obras como Cheap Thrills, la sangre ha estado (al menos en concurso) ausente del festival, algo ilógico si tenemos en cuenta que el logo de esta edición es un corazón. Pero la sangre de “Encadenado”, no consiste en mostrar litros y litros de sangre, esta aparece cuando debe hacerlo, dentro un relato centrado más en el ámbito psicológico de los personajes que en sus acciones sangrientas.

Así, la conducta de Bob solo se puede explicar una vez que conocemos su pasado y cómo creció, algo que también se puede aplicar a Conejo que, no lo olvidemos, es educado por un maníaco, recluido en una casa sin ningún tipo de contacto con otro ser humano. Esto contribuye a humanizar a los personajes, especialmente a Bob, ya que descubrimos que no mata por diversión o placer, sino por algún tipo de trauma que guarda desde la infancia, el mismo que guardará Tim.



Todo esto hace que Chained, sin competir oficialmente, sea mucho mejor que algunas de las películas que participan en la sección oficial, una idea que cobra aún más fuerza una vez vista After que, como ya dije más arriba, pone el punto final a la sección a concurso.

La película de Smith vuelve a tratar por enésima vez en esta edición el tema del apocalipsis y la vida después de la muerte. En esta ocasión, nos encontramos con Ana y Freddy dos personas que viajan, completamente solos, en un autobús camino a casa después de mucho tiempo, pero antes de llegar sufrirán un accidente. Cuando despierten, la ciudad estará completamente vacía, y una extraña nube negra amenaza con devorarlo todo.

After utiliza los tópicos de los tópicos, los más trillados, como utilizar el coche para huir a pesar de que no arranque, o que la chica sin puntería acierte a la primera mientras que el chico no consigue acertar.
Tampoco hay misterio. Nada más empezar, ya sabes por dónde van los tiros y tampoco hay que ser muy listo porque te lo dicen los propios personajes. La única motivación que te lleva a seguir en la butaca es saber si conseguirán abrir la gran puerta de hierro, perteneciente a un cómic que Freddy dibujó en su infancia y guardada por un monstruo de una obra de teatro escrita por Ana.



Lo cierto es que todo esto queda relativamente bien explicado dentro del argumento de la película (faltaría menos), pero no deja de resultar extraño todos los elementos que se mezclan aquí: lucha contra criaturas fantásticas, descubrir cosas ocultas del pasado, sobrevivir a la muerte,… y todo ello en menos de una hora y media.

Para quitarme el mal sabor de boca que me había  quedado, decidí probar suerte con Ghost in the Shell (Momuro Oshii, 2008 – sección Humanos, humanoides y casi humanos), la versión 2.0 de la película homónima de 1995, que a su vez es una adaptación del cómic de Masamune Shirow. La única diferencia respecto a la original, dirigida también por Oshii, es la remasterización del dibujo que ha aumentado notablemente su calidad.

Enmarcada dentro del universo de la ciencia ficción (que al fin y al cabo es un tipo de fantasía), cuenta la historia de un mundo en el que la tecnología está implantada en todos los ámbitos de la vida humana, se podría decir que es la Black Mirror japonesa, sino fuera porque es anterior a la serie de Charlie Brooker. En ese futuro distópico, Motoko Kusanagi deberá atrapar a un misterioso hacker al que llaman “El Marionetista”.



A pesar de su temática tan cercana al thriller, Shirow (y Oshii en la gran pantalla) plantea la duda de si un conjunto de cables puede llegar a equiparse con un ser humano, si es capaz de sentir o enamorarse, como lo hacemos nosotros, algo que ya plantearon Philip K. Dick y Ridley Scott, este último en la posterior adaptación, en Blade Runner. Si, hablando siempre desde la óptica de la película, es posible implantar un “espíritu” a un cyborg para que se comporte como un humano ¿dónde está la diferencia?

En un mundo tan tecnologizado como el que aquí aparece cabe también pensar sobre el papel que ocupa en él el ser humano convencional, el que no posee ningún tipo de mejora electrónica. A tenor de lo plasmado en la pantalla (o en las páginas del manga), el papel del hombre se reducirá al mantenimiento de los robots, quienes realizarán el resto de trabajos, desde recoger la basura hasta luchar contra el crimen.

Son muchas las ideas que se pueden sacar, y debatir, en torno a esta obra. Muchas de ellas están ahora más de relevancia que en 1995, ya que lo que entonces era un sueño y lo llamaban “ciencia ficción” ahora es una realidad, tenemos toda la información del mundo en un aparato que cabe en la palma de la mano, podemos comunicarnos con personas a miles de kilómetros en cuestión de segundos, solo falta un coche volador o un sable láser para que el futuro tan lejano que estas y otras películas nos ofrecían, se haga realidad al 100%.


 

DÍA 4: MUJERES

El efecto lunes también ha hecho mella en el Fancine, incluso para quien escribe que no ha sido capaz de ver más de dos películas (las de concurso).  Los alrededores del Albéniz estaban desiertos, y las largas colas del fin de semana habían desaparecido; una vez dentro, la cosa no cambiaba, menos de una veintena de personas ocupaban las butacas de las tres salas disponibles. La novedad del festival y el aliciente del precio, pasaron después de tres días y todo parece indicar que en lo que resta del Fancine, la asistencia irá a menos.

Las película a concurso están prácticamente acabadas, tan solo falta After (Ryan Smith, 2012) por proyectarse. Hoy ha sido el turno de Forever´s end (J. C. Schroder, 2013) y La pasión de Michelangelo (Esteban Larraín, 2012), ambas protagonizadas por “el sexo débil”.



La primera está protagonizada por Sarah y su hermana Lily, que viven aisladas en una casa en medio del campo. La tranquilidad de las chicas se turbará cuando llegue Ryan, un joven que parece conocer a Sarah.
La historia comienza presentándonos un mundo postapocalíptico,  pero con la llegada de Ryan, sufre un cambio de 180º para centrarse únicamente en la relación amorosa entre él y Sarah. Lo que en los primeros minutos parecía ser una película de terror, bastante tópica, pero prometedora, se convierte en una suerte de película amorosa con algo de miedo (también tópico). Pero hay algo que no cambia, el misterio. Todo se le da al espectador con cuentagotas, en pequeñas dosis, lo que hace que llegue el desenlace sin saber dónde está el padre de las chicas, quién es realmente Ryan o si existen más supervivientes, algo que podría salvarse con un buen final, pero no este el caso.

Schroder juega a un juego del que no conoce las reglas, lo que hace que las explicaciones finales dejen muchos huecos en blanco, y aquellos misterios que sí se resuelven no terminan de convencer del todo. A esto habría que sumar el intento de videoclip que acompaña a los títulos de crédito y en el que Sarah, Ryan y Lily cantan al más puro estilo MTV...

La segunda película de la noche fue notablemente mejor, aunque el nivel tampoco estaba demasiado alto. La pasión de Michelangelo, cuenta la historia de Miguel Ángel, un joven de Peñablanca (Chile) que puede comunicarse con la Virgen y transmitirnos sus sabias palabras. Con la intención de comprobar la veracidad de este hecho, un cura con problemas de fe será enviado hasta el pueblo. Lo que verá allí, cambiará sus creencias.



En la película existen dos elementos principales, la devoción religiosa y la dictadura militar de Pinochet, que se juntan en el momento que descubrimos que el régimen está utilizando al chico para que los chilenos apoyen al dictador, ya que estos harán todo lo que les ordene la madre de Jesús.

A pesar de tratarse de una obra de ficción, lo que se cuenta aquí ocurre en la vida real y no hace falta cruzar el charco para encontrarlo, basta con buscar información sobre Amparo Cuevas, por lo que la película tiene algo de denuncia social. En cuanto al tótem religión-política, también encontramos ejemplos en España, concretamente en el apoyo que brindó la Iglesia al régimen de Francisco Franco.

Aunque a priori estos temas puedan parecer serios, en la película hay bastantes momentos de auténtico humor, mejores incluso que los de muchas películas categorizadas como “comedia”, por ejemplo, el chiste de Judas y los discípulos. Un humor, que al estar relacionado con la religión, puede que moleste a muchos al considerarlo inadecuado o una falta de respeto, pero no daba esa sensación al oír las risas de la sala.

Sobre este tema habló Larraín en el posterior Encuentro con el director. Según él, la Iglesia no había puesto ninguna clase de impedimento durante el rodaje, ya que, al contrario de lo que muchos pensamos, no apoyó al régimen de Pinochet. Quienes sí se opusieron fueron los que todavía creían en Miguel Ángel (el auténtico), algunos de los cuales aparecen como extras en la película.



El director también comentó que fue fundamental la elección de Sebastián Ayala, el encargado de interpretar a Miguel Ángel, ya que si él fallaba, lo haría el resto; el director también dio su opinión sobre los milagros y su autenticidad: para él, el chico tenía una especie de don que fue utilizado por el gobierno de Pinochet con fines propagandísticos, por lo que cree que coexistieron dos realidades, la milagrosa y la del fraude.

Nada más que destacar en este Encuentro con el director. Un encuentro que, de hecho, ni siquiera aparecía en el programa y fue una sorpresa para muchos. Lo que sí llamó la atención fue que, al contrario de lo ocurrido en otras ocasiones, se plantearon más cuestiones a pesar de haber menos asistentes.

 

 

DÍA 3: EL FIN DEL MUNDO Y EL PODER DE CRISTO

Con el de hoy, ya van tres días de Fancine, y se pueden sacar algunas conclusiones, por ejemplo la pérdida de calidad en las películas proyectadas o que lo de “fantástico” no pase más allá del nombre del festival, pero ya habrá tiempo para sacar conclusiones una vez vistas todas las películas.

Una vez más, se incumplió el horario fijado y El limpiador (Adrián Saba, 2012), que teóricamente debía comenzar a las 17.00 se retrasó un cuarto de hora, aunque se recuperaría después con la pausa entre esta y la próxima proyección, Missionary (Anthony Diblasi, 2013).

Saba nos lleva hasta Lima (Perú), donde Eusebio se encarga de limpiar las casas de aquellos que mueren a causa de una misteriosa enfermedad que mata tan solo 12 horas después del contagio. La vida del protagonista es bastante solitaria y fría, pero esto cambia cuando encuentra al pequeño Joaquín (al parecer la enfermedad no afecta a los niños), que le hace cambiar su actitud al sentirse responsable de él.
Este encuentro produce un cambio en los dos personajes: Eusebio comienza a apreciar más la vida y a encariñarse con el pequeño, mientas que Joaquín poco a poco se olvida de su antigua familia y toma al limpiador como su nuevo padre.



El hecho de estar en contacto continuo con la muerte (o lo que deja a su paso) hace que Eusebio no tenga miedo al contagio, pero al tener a su cargo a alguien, comienza, como el resto de los humanos, a temer al hombre de la guadaña. Por su parte, el hecho de haber visto morir a su familia provoca que la defunción esté siempre en la mente de Joaquín, quien constantemente pregunta a su padre adoptivo sobre ella, lo que a su vez provoca que Eusebio sea cada vez más consciente de su condición de mortal.

El limpiador a pesar de su triste historia y su estética lúgubre, es una historia de amor entre dos personas solitarias y sin ningún tipo de ancla que les anime a continuar viviendo, que se convierten en apoyo fundamental para seguir adelante y volver a ser feliz.

Después de los títulos de crédito y los rigurosos minutos de descanso, llegó el turno de la segunda película, Missionary. Si existiese una forma cuantitativa para medir las películas y que permitiese hacer un gráfico, el de este domingo tendría dos picos y una gran depresión, es aquí donde estaría la película de Diblasi.



La historia que nos cuenta el director de Dread es la de Katherine, una madre soltera que tiene que cuidar sola a su hija, por lo que no duda en comenzar una relación con Kevin, un mormón, para que Kesley no crezca sin una figura paterna. Pero cuando Katherine decide dar por terminada la relación, descubre que su novio no predica con el ejemplo y que sus mensajes cristianos y pacifistas no servirán de nada cuando intente que vuelva con él.

Este argumento bien podría ser el de cualquier telefilm de sobremesa que emiten las cadenas generalistas, pero es el de una producción de un director con dos largometrajes a sus espaldas (más uno en post-producción). Lo cierto es que Missionary no comete ningún fallo grave, sin embargo, tampoco tiene nada que haga que sea recordada más allá de los veinte minutos posteriores a la proyección. Estando sentado en la butaca, se hace difícil no echar una cabezadita, como si estuvieras en el salón de casa con la televisión puesta y tapado con una manta para no coger frío.

El gráfico volvió a subir con The battery (Jeremy Gardner, 2012), otra película sobre el apocalipsis zombie surgida tras el innegable éxito de la serie The walking dead. Sin embargo, la cinta de Gardner no es una película de zombies normal, los protagonistas (Ben y Mickey), no son dos cachas que se dedican a salvar al mundo de la amenaza de los muertos que vuelven a la vida. Todo lo contrario. Son dos amigos, aficionados al beisbol, que deambulan de un lado a otro de Nueva Inglaterra para buscar víveres con los que seguir vivos un día más y si por el camino se encuentran algún zombie le vuelan la cabeza con el bate, eso está claro.



El atractivo de The battery, es la relación entre Ben y Mickey que, al igual que ocurría con Scenic Route, el hecho de encontrarse completamente solos hará florecer los sentimientos que durante tanto tiempo llevaban ocultos. Así, la fuerte amistad que les une al principio comienza a resquebrajarse cuando Mickey quiera abandonar el viaje y sentar la cabeza, para “vivir como un ser humano normal”, pero volverán a unirse después de descubrir que para sobrevivir deben permanecer juntos. Este será el factor clave que los mantendrá unidos a pesar de las múltiples dificultades por las que tendrán que atravesar.

Aquí, los verdaderos protagonistas no son los zombis sino Ben y Mickey, los zombies son secundarios, casi anecdóticos, y eso es también un punto a favor que hace de esta una película diferente dentro del género zombie.

Volviendo a la metáfora del gráfico, The battery sería el punto más alto puesto que tanto esta como El limpiador tienen una temática apocalíptica, algo fundamental en cualquier festival de cine fantástico, la primera tiene el plus añadido de la sangre y el hecho de que sea toda la humanidad (y no únicamente la ciudad de Lima) la que se encuentre al borde de la extinción.

 

DÍA 2: VAMPIROS, NIÑOS Y AMIGOS EN EL DESIERTO

A las 17.00 comenzaba el segundo día del Festival de cine fantástico de Málaga. En esta ocasión la película que abría la jornada pertenecía a la sección oficial, Kiss of the damned (Xan Cassavetes, 2012). Amparada en la estela de la saga Crepúsculo, está cinta toma la idea del romance adolescente entre un vampiro y un humano, pero con algunos cambios; en esta ocasión, ella (Djuna) es la no-muerta, mientras que él (Paolo) es el mortal que se transforma tras una noche loca de amor.

Pero este no es el único punto en el que las obras de Meyer y Cassavetes difieren. Mientras que en el primer caso la relación entre Edward y Bella se mostraba como un amor platónico, en la segunda se ha optado por enseñar la otra cara de una relación entre adolescentes, el sexo. Sin embargo, ninguno de los extremos es verosímil: del mismo modo que la relación entre los personajes de Pattinson y Stewart es harto empalagosa y cursi, el abuso que hace del sexo la autora de Kiss of the damned, acaba por aburrir y convertir la película en algo más cercano al cine para adultos que al de vampiros.



Aunque no todo es malo. Hay algunas escenas que se salvan de la quema, como el guiño al cine español con la proyección de Viridiana (Luis Buñuel, 1961) en casa de Djuna o el orgasmo de Xenia al probar la sangre de una virgen casi medio siglo después. El resto, desechable.

Después de la “versión X” de Crepúsculo le llegó el turno a Breakaway (Ian Loreños), bastante mejor que la anterior aunque también dejó bastante que desear. La película se podría dividir en dos partes: la primera muestra la relación entre un padre (Brian) y su hijo (Robert), algo complicada ya que el progenitor descarga la tensión y el malestar de su vida en el pequeño, lo que a su vez provoca que este no termine de adaptarse a su entorno; ya en la segunda parte, y con la desaparición de su hijo, Brian comienza a una búsqueda contrarreloj para salvarlo antes de que sea vendido como esclavo sexual.

Esta segunda mitad es sin duda la mejor, pues al tiempo que Brian comienza a adentrarse en la mafia encargada de la trata de personas, lo hace también en lo más profundo de su alma y a arrepentirse por cómo se ha comportado con su hijo, creyendo que si hubiese cambiado algo en ese aspecto, tal vez todo sería diferente.

Mención aparte merece el final, completamente discorde con el resto de la película, aunque para no hacer spoilers no lo comentaremos aquí, mejor que cada cual saque sus conclusiones.



Como ya ocurrió ayer, el director subió al escenario para resolver cualquier duda que hubiese surgido con su película y, una vez más, las preguntas realizadas fueron escasas. Lo destacable de este “Encuentro con el director” fue que habló sobre su siguiente proyecto, según él, diferente al que presentaba hoy en el Fancine y que tratará sobre tres amigos que comienzan a apostar hasta que pierden la noción de la realidad. También declaró su amor hacia el festival y hacia Málaga, y esperaba volver el próximo año para presentar su nuevo trabajo.

Scenic Route (Kevin Goetz, Michael Goetz, 2013) supuso el punto final a la segunda noche del festival, al menos para quien escribe, pues tras ella se volvía a proyectar Cheap Thrills, que ya vimos ayer.

La película de los Goetz es un tipo peculiar de buddy movie, sobre dos amigos (Carter y Mitchell) cuya vieja furgoneta les deja tirados en mitad de ninguna parte. Con la intención de salvar la vida, los protagonistas comenzarán una travesía que cambiará su vida para siempre.



La falta de agua y comida, junto al sofocante calor, hace que los protagonistas saquen lo más oscuro que hay en ellos, lo que provoca que se produzca una pelea a muerte entre ellos, pero al mismo tiempo se reforzará su amistad.

Sin tener grandes pretensiones, Scenic Route ha sido una de las mejores películas del día (contando únicamente las vistas, como es obvio) por varios motivos: el humor absurdo que derrocha en sus primeros minutos y que recuerda a algunas películas como Resacón en Las Vegas (Todd Phillips, 2009), la sangre y las breves escenas gore durante su parte central y, por supuesto, el final, abierto a conclusiones y que recuerda a otros como el de Origen (Christopher Nolan, 2010).

Estas tres han sido las películas a concurso que emitidas hoy. Ya solo quedan cinco, que se proyectarán a partir de mañana y hasta el martes 26. Mañana se emitirán tres nuevas películas: El limpiador (Adrián Saba, 2012), Missionary (Anthony DiBlasi) y The battery (Jeremy Gardner, 2012).


 

DÍA 1: MISERIA

Hoy ha comenzado (sin contar la gala inaugural del jueves), la vigésimotercera edición del Festival de Cine Fantástico de Málaga, que este año parte con un presupuesto menor que el de otros años, pero con una selección más cuidada en lo que a películas en concurso se refiere. Esa es la conclusión que, un poco a priori, se puede sacar de lo visto este viernes.

La jornada comenzó a las 17.00 (según el horario previsto, según mi reloj un poco más tarde) con Haunter(Vincenzo Natali, 2013) en la sección “Informativa”. Lo cierto es que cualquier malagueño podría haberse quedado en casa, protegido del frío, y ahorrarse los dos euros de la entrada, ya que los responsables del Fancine no podrían haber escogido algo peor para comenzar esta nueva edición.



La película de Vincenzo no deja ser un refrito de otras obras. A modo de sinopsis, Haunter cuenta la historia de Lisa y su familia; en principio todo parece normal, pero pronto descubrimos que por alguna extraña razón, el mismo día se repite una y otra vez hasta el infinito, a esto hay que sumarle que nadie puede salir de la casa porque una misteriosa niebla lo cubre todo. Con tan solo ver los primeros diez minutos encontramos referencias (por suavizar las cosas) a La niebla (Frank Darabont, 2007 / Stephen King), Los otros (Alejandro Amenábar, 2001) o Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993). Respecto a esto cabe decir que la película consigue hacerte entrar en su juego y es que durante los más de 90 minutos que dura la cinta, da la sensación de que no avanza, que todo se repite una vez tras otra y que siempre estás viendo lo mismo, hasta que por fin salen los títulos de crédito y respiras aliviado.

Ya cerca de las 19.00 dio comienzo la sección a “Concurso” con Cheap Thrills (E.L. Kaltz, 2013) y esta vez parecía que sí habían acertado a la hora de realizar la selección. La película, con un indudable trasfondo social, cuenta la historia de Craig, un padre de familia recientemente desempleado quien una noche en un bar se rencuentra con un viejo amigo, Vince, juntos conocerán a un matrimonio que le propone una interesante idea, les darán dinero a cambio de ciertas tareas. Así, los dos amigos comienzan a beber tequila a cambio de 20 $ o a tocarle el culo a un stripper por 50 $, pero las cosas se complican a medida que avanza la noche y las “pruebas” que deben superar serán cada vez más complicadas.



A medida que aumenta la dificultad lo hará también el dinero en juego, lo que provocará que la amistad entre los dos hombres se resienta hasta el punto de convertirse en enemigos y sacar los trapos sucios que durante tanto tiempo habían ocultado; cada uno tiene un motivo para querer el dinero: Craig necesita pagar sus deudas para que no le embarguen su vivienda, mientras que Vince desea empezar una nueva vida, pero hacerlo es caro y él es un inútil sin ningún talento.

Cheap Thrills, con sus dosis de gore y humor negro, además del ya citado trasfondo social, es una de las mejores formas posibles para comenzar la sección oficial de este Fancine y puede que se convierta en una de las ganadoras del festival, pero habrá que esperar para saberlo.



Con esta película recién acabada y con el estómago un poco revuelto después de ver tanta sangre, comenzó la que sería la tercera película del día (la segunda a concurso), Halley (Sebastián Hofmann, 2012). Fue sin duda el contrapunto perfecto a la película de Kaltz, pues si en aquella había acción, drogas, sangre,… esta es mucho más calmada, recreándose en los pequeños detalles y cuidando mucho el aspecto formal. La cinta de Hofmann cuenta la historia de Alberto, un joven que decide no negarlo más y rendirse a la verdad, su cuerpo se está descomponiendo, él está muriendo. A medida que pasan los días, Alberto está cada vez más débil, mientras que su cuerpo se rompe por todas partes sin que pueda hacer nada por evitarlo (es sensacional la escena de la cicatriz y la cinta adhesiva).

Esta debilidad y fragilidad del protagonista chocan directamente con los cuerpos musculosos que habitan el gimnasio donde trabaja. Mientras ellos van diariamente a cuidar su cuerpo y tratar de resultar más atractivos físicamente, Alberto trata de que el suyo no desaparezca, esto hace que poco a poco comience a aislarse del resto del mundo y a encerrarse en sí mismo; pero sus planes sufrirán un pequeño cambio cuando Luly, su jefa en el gimnasio, decida invitarlo a cenar antes de que se “vaya”.



Una vez acabada la proyección, Hofmann subió al escenario para responder a las preguntas que los espectadores pudieran hacerle, pero la escasa asistencia a la sala provocó que las cuestiones fueran escasas. En resumen, en este “encuentro con el director” pudimos conocer las fuentes en las que se basa el largometraje, entre ellas autores tan diferentes como Platón y Kafka, de este último tomó la idea de “sacar belleza de un algo muerto”; también contó cómo había sido la experiencia de grabar la película y dijo que todo había quedado entre amigos, como si se tratase de un corto de un director novel; por último habló sobre la ambientación, en especial de la última escena, grabada casi en el Polo Norte y que constituía la única grabada en exterior. Hofmann también recibió buenas críticas por su estilo a la hora de tomar los planos, pero él admitió que simplemente se limitó a colocar la cámara delante de los actores y dejarles libertad total, como si se tratase de una obra de teatro.

Rozando la medianoche y con unas ganas irresistibles de salir del Albéniz (eran más de cinco horas sentado) comenzó la última película del día, The fifth season (Peter Brosens, Jessica Woodworth, 2012). Cuenta la historia de un pequeño pueblo de Francia en el que existe la tradición de quemar al “invierno” y todo lo malo que representa, pero cuando un año no logran llevar a cabo esta tarea, la maligna estación no desaparece y durante doce meses los habitantes del pueblo comienzan a reproducir sus atroces fechorías, lo que supone la decadencia del que antes fuese un pueblo bello y lleno de gente amable que, según pasa el tiempo, se vuelve más avariciosa y rastrera, el ejemplo más claro es el de Alice y Thomas, una pareja de adolescentes que viven una idílica relación de amor que se tornará en odio cuando el acto que supone el fin del invierno no llegue a consumarse.



Los pueblerinos, al ver cómo su pueblo se sume en el pozo más profundo, deciden buscar una solución. Es así como llegan hasta Pol, un inmigrante a quien consideran la personificación del Señor del frío y al que deben matar para que todo vuelva a estar como antes.

Estas cuatro películas tienen, a mi parecer, un punto en común y que explicaría el título de esta crónica, la miseria. Las tres películas a concurso muestran desde diferentes puntos de vista la miseria del ser humano, ya sea degradándolo hasta niveles infrahumanos solo por un puñado de dólares, rechazando todo contacto con el mundo exterior y centrándose en la propia persona como método para evitar el dolor o recurrir a la instintos más básicos cuando los problemas acechan. En cuanto a Haunter, cualquiera que la haya visto sabrá de lo que hablo: no habrá, o eso espero, película más miserable que esta en todo el Fancine.

Aquí termina el primer día del Fancine 2013. Hay que decir que hoy, viernes 22, se han proyectado quince películas en el Cine Albéniz, pero que por incompatibilidad de horarios solo se ha podido cubrir las de la primera sala, que eran las que participan, salvo una, en la sección oficial. Esperamos que en los sucesivos días el programa sea más favorable y podamos ver algunos de los títulos que hoy se han quedado pendientes.

 

CRÓNICA 0

Hoy a las 20:00 horas se inaugura el FANCINE #fancine - Festival de Cine Fantástico de Malaga (21-28 de Noviembre). El Teatro Cervantes acogerá la ceremonia inaugural y un concierto de bandas sonoras a cargo de la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga, dirigida por el compositor Fernando Velázquez, que interpretará composiciones de "Sexykiller", "Suite Brian de Palma", "Mamá", "You are the One", "Star Trek: Into the Darkness", "Lo Imposible", "Misión Imposible: Protocolo Fantasma" y "E.T. (Flying Theme)". Nosotros tuvimos la oportunidad de asistir al concierto que Velázquez hizo durante el Festival de Málaga y fue impresionante.

Hablando de cine, entre sus muchas secciones, en la Oficial a concurso podrán verse:

"AFTER", "BREAKAWAY", "CHEAP THRILLS", "EL LIMPIADOR", "FOREVER'S END", "HALLEY", "KISS OF THE DAMNED", "LA PASIÓN DE MICHELANGELO", "MISSIONARY", "SCENIC ROUTE", "THE BATTERY" y "THE FIFTH SEASON".

Desde Málaga, estos días, nuestro redactor Miguel Ángel Navas nos irá informando para Universo Cinema de lo que allí acontezca.

 

Enviado Especial UC (Miguel Ángel Navas).